La agencia Moody’s encendió las alarmas este lunes al rebajar la calificación crediticia de diez bancos estadounidenses y colocar bajo revisión a otras tres entidades importantes del país. La medida refleja una presión creciente sobre el sector bancario, que aún siente los efectos del colapso de varias instituciones a principios de año.
Entre los bancos que quedaron bajo vigilancia se encuentran Truist, Cullen Frost y US Bancorp. Según la calificadora, estas entidades enfrentan dificultades crecientes relacionadas con la financiación y la exposición al mercado de bienes raíces comerciales, uno de los sectores más golpeados por el auge del trabajo remoto y la caída del valor de las oficinas desde la pandemia.
“La mayoría de los bancos regionales en EE.UU. cuentan con menos capital regulatorio que los grandes prestamistas nacionales o internacionales”, advirtió Moody’s en su informe. La agencia subrayó que los riesgos actuales podrían derivar en pérdidas importantes, especialmente entre los bancos medianos y pequeños con alta concentración en inmuebles comerciales.
El impacto no tardó en sentirse en los mercados: el índice Dow Jones cayó más de 350 puntos (1%), mientras que el S&P 500 retrocedió un 1% y el Nasdaq bajó un 1,3%.
Además, la agencia rebajó la calificación de diez bancos de menor tamaño, incluyendo Commerce Bancshares, BOK Financial y M&T Bank. Entre los motivos de la medida se encuentran los mayores costos de financiamiento, una menor rentabilidad y la posibilidad de que los activos pierdan valor.
Aunque desde Moody’s Analytics señalan que Estados Unidos podría evitar una recesión este año, también advierten que el panorama fiscal y la lucha contra la inflación dejan un horizonte con muchas sombras para el sistema financiero.